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En estos “Diarios de una Nómada”, quiero compartir mi experiencia tanto para desahogarme como para mostrar lo que es realmente vivir viajando. Y ver si a alguien le sirve mi experiencia. Además, quiero tener un archivo de recuerdos de mis sentimientos y pensamientos durante este viaje.
Al llegar a Brasil, me encontré con una situación inusual. Llegué a un hostel donde había trabajado anteriormente, solo para descubrirlo vacío y sin vida. Aunque sentía una sensación de familiaridad, había algo que claramente faltaba: la gente 😂. Sin embargo, decidí hacer de este nuevo comienzo una experiencia memorable. Durante todo diciembre estuve viviendo en el hostel con Fede otro argentino. Los dos solos ya que el hostel estaba cerrado. Estuvimos arreglando y poniendo todo a punto para abrir el hostel. La idea era que este abierto para principios de Diciembre. Pero se termino abriendo el 25 de diciembre.
Durante mi estadía en el hostel, pasaron varias personas haciendo voluntariados. Muchas de ellas se convirtieron en amigos cercanos, con quienes compartí momentos inolvidables. Aunque al principio me costaba despedirme, entendí que algunas personas llegan a tu vida por un tiempo determinado y despues se van, dejando recuerdos hermosos. Y sabiendo que en un futuro seguro me los vuelvo a cruzar en otra parte del mundo. 🥰
© delfielizagaray
Mis planes originales eran quedarme en Florianópolis. Quería sacar la residencia y vivir ahi por un tiempo. Al menos hasta juntar algo de plata para poder irme a Europa. Pero, ¡no! La Delfi organizada y que proyecta todo en su vida se encontró con una tremenda vuelta del destino y terminé en Praia do Rosa.
Era un destino que tenía en mi lista de cosas por ver en Brasil. Me habían hablado maravillas sobre el lugar. Pero no tenía mucha plata, así que busqué un voluntariado. Trabajaba cuatro horas limpiando el hostel a cambio de hospedaje y desayuno.
Una vez en Praia do Rosa, me puse a buscar trabajo porque necesitaba algún tipo de ingreso. Mi plan era conseguir un trabajo de tarde para poder seguir con el voluntariado. Pero, una vez más, el destino cambió mis planes y conseguí un trabajo de mañana. Era en una posada, haciendo limpieza y recepción. Por suerte, la dueña del hostel no tuvo problema y me dejó libre del voluntariado. Así que pasé a hospedarme el siguiente mes en el hostel mientras trabajaba en la posada y buscaba alquiler.
Costó, pero se pudo. Conseguí un alquiler muy cerca de mi trabajo, luminoso y con lavarropas, ¡que para mí era fundamental! Si quieren, pueden ver mi nuevo hogar en mi primer video de YouTube que subí hace unos días.
Ahora llevo dos semanas en mi nuevo departamento y siento que estoy acá hace siglos. Desde que llegué a Brasil, que no para de llover! Creo que, contando brutamente, debe haber habido unas 3 o 4 semanas de sol en los últimos 5 meses. 🫠
Desde que me mudé (hace dos semanas), solo ha habido un día de sol, y fue el día que me mudé. Esto me tiene un poco malhumorada. Mi estado de ánimo depende mucho del clima. Aunque amo un buen día de lluvia para ver una película con un buen balde de pochoclos, ya esto es inaguantable. Necesito sol para ser feliz. Uno pensaría: “¡Ay, estás en Brasil, sol, playa!”… No recuerdo la última vez que fui a la playa. 😂 Esto, la verdad, me tiene mal.
Me enamoré de este lugar, es hermoso, pero entre el mal clima y la falta de gente (es temporada baja), no está ayudando. Así que la idea es quedarme unos meses, juntar algo de plata e irme más al norte de Brasil o a otro lugar. Pero el mal clima me motivo a ponerme las pilas con crear contenido para mis redes sociales y empezar a escribir en mi blog.
No voy a fingir que todo está siendo fácil, porque nada más lejos de la realidad. Estar lejos de tu familia, sola, en un lugar donde salis a la calle y no hay casi nadie, es complicado. Agradezco a la tecnología que me ayuda a sentirme cerca de la gente que quiero. Creo que estoy viendo más a mis amigas que cuando estaba en Argentina😜, ¡jaja! Pero estoy feliz de haber dado este paso. Ya era hora. Llevaba los últimos 8 años o más, diciéndole a todo el mundo que me quería ir. Pero llena de miedo: miedo a no conseguir trabajo o alquiler. A que no me guste el lugar. A no hacer amigos. A tener que volver a Argentina y considerarlo un fracaso.
Pero llegó un momento en que todos esos miedos quedaron eclipsados por la situación en la que estaba en Argentina: desmotivada con mi trabajo. No veía mucho a mis amigas. Sin poder ahorrar ni 10 pesos. Me dije basta. No lo voy a olvidar más, fue el día de las PASO (22 de Octubre de l2023) que saqué el pasaje. Igual, hasta que llegué a Brasil, no podía creer que había tomado la decisión. Cagada de miedo y sin saber qué iba a pasar, me vine y hoy estoy muy feliz de haber sacado el pasaje.
Si bien nada de lo que planeé para mi futuro terminó siendo lo planeado, estoy en el lugar que tengo que estar. Y estoy feliz. Estoy disfrutando el proceso y dejándome llevar. Tratando de organizarme y proyectar, pero dejando un margen para lo que surja. Aunque suene un poco raro, jajaja.
Así que te invito a que te arriesgues y tomes esa decisión que tanto miedo te da. No te quedes con el “¿qué hubiera sido?”
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